Las cuatro primeras semanas de vida marcan el período neonatal, un
momento de transición de la vida intrauterina cuando el feto depende
totalmente de la madre a una existencia independiente.
El bebé al
nacer tiene características distintivas, cabeza grande, ojos grandes
adormilados, nariz pequeña y mentón hendido (lo que hace más fácil
amamantar) y mejillas gordas.
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